En un nuevo episodio de la guerra comercial, el gobierno chino anunció hoy una serie de contramedidas en respuesta a la reciente escalada de aranceles impuestos por Estados Unidos. Pekín ha subido la apuesta al imponer gravámenes adicionales de entre el 10% y el 15% a productos agrícolas estadounidenses, medida que se suma a otras acciones destinadas a proteger sus intereses económicos y a contrarrestar lo que califican como tácticas de presión unilateral.
Medidas arancelarias recíprocas
El Ministerio de Finanzas de China comunicó que, a partir del 10 de marzo, se aplicarán aranceles del 15% sobre importaciones de productos como el pollo, trigo, maíz y algodón, y del 10% a la soja, carnes, productos lácteos, frutas y verduras procedentes de Estados Unidos.
Además, Pekín incrementó sus controles en materia de exportación, añadiendo a la lista de entidades poco confiables a 15 empresas estadounidenses vinculadas a sectores tecnológicos, de defensa y seguridad, en el marco de la lucha contra lo que considera prácticas comerciales desleales.
Estas medidas se implementan en el contexto de una respuesta coordinada ante lo que el Gobierno chino describe como “una utilización del proteccionismo como arma política” por parte de Washington.
Declaraciones oficiales de China
En rueda de prensa, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Lin Jian (林剑), enfatizó la determinación de China ante las recientes medidas estadounidenses. “China no tolera la hegemonía ni el acoso. Si EEUU insiste en tácticas de máxima presión, ha elegido al oponente equivocado”, afirmó con tono contundente.

Asimismo, destacó que, en caso de que Washington persista en su política proteccionista, Pekín está dispuesta a responder de manera enérgica: “Si lo que Estados Unidos quiere es una guerra –ya sea una guerra arancelaria, comercial o de cualquier otro tipo–, estamos dispuestos a luchar hasta el final”.
Estas declaraciones, pronunciadas en las últimas horas, subrayan el compromiso de Beijing de defender sus derechos e intereses y abogan por la reanudación del diálogo en condiciones de igualdad.
Implicaciones en el comercio y en la geopolítica
Las contramedidas chinas llegan en un momento crítico, en el que las tensiones comerciales entre las dos potencias amenazan con reconfigurar las cadenas de suministro globales. Analistas señalan que, si bien los nuevos aranceles podrían provocar un aumento en los precios de productos agrícolas y alterar el flujo de comercio, Pekín apuesta por dejar abiertas las vías de negociación.
El gobierno chino reiteró su disposición a resolver las disputas a través del diálogo y presentó, además, una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que las medidas estadounidenses violan las normas del comercio internacional.
Por otro lado, la respuesta de China refuerza la imagen de un país que, lejos de amilanarse ante las presiones externas, opta por la defensa activa de su soberanía económica y tecnológica. Esta postura se enmarca en un escenario global cada vez más polarizado, donde las tensiones comerciales se entrelazan con cuestiones de seguridad y geopolítica, generando incertidumbre en los mercados internacionales.
Un llamado a la negociación
Aunque las declaraciones de Lin Jian son claras y enérgicas, el vocero también subrayó la necesidad de que Estados Unidos abandone sus tácticas de intimidación y retome el camino del diálogo y la cooperación. “Instamos a EEUU a abandonar sus tácticas de intimidación y volver al camino correcto del diálogo y la cooperación lo antes posible”, concluyó, dejando abierta la posibilidad de que ambas naciones encuentren una salida negociada que permita restablecer un equilibrio en las relaciones comerciales.
Con estos anuncios, China no solo responde a los aranceles de EEUU, sino que también envía un mensaje firme al mundo: en la contienda por la hegemonía económica, Beijing está preparada para defender su posición y buscar soluciones basadas en el respeto mutuo y la consulta, evitando una escalada que podría perjudicar a todas las partes involucradas.
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