El martes 13 de mayo de 2025, el dólar estadounidense superó por primera vez la barrera de los 26 lempiras en la subasta de divisas del Banco Central de Honduras (BCH), marcando un nuevo hito en la tendencia de devaluación de la moneda nacional. Al cierre de la subasta número 7,251, el tipo de cambio de referencia alcanzó 25.8797 lempiras para la compra y, sumando la comisión cambiaria, el precio de venta se ubicó en 26.0091 lempiras por dólar.
Factores detrás de la devaluación
El deslizamiento del lempira frente al dólar está directamente relacionado con el acuerdo firmado entre el gobierno hondureño y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Como parte del programa económico 2023-2026, el FMI recomendó una mayor flexibilidad cambiaria, permitiendo que el tipo de cambio refleje los fundamentos macroeconómicos del país bajo un régimen de banda móvil. Desde septiembre de 2024 hasta mayo de 2025, el dólar se ha apreciado en más de 1.10 lempiras, acelerando una devaluación que ya roza el 5% interanual, la más pronunciada desde 2018.
Consecuencias para la economía hondureña
La rápida devaluación ha generado una presión significativa sobre la economía nacional. Los principales afectados son los consumidores y las empresas, ya que Honduras depende en gran medida de las importaciones para abastecerse de combustibles, medicamentos, materias primas, fertilizantes y alimentos básicos como maíz, arroz, carnes y vegetales. Esta situación se traduce en un aumento de los precios de los bienes y servicios, golpeando especialmente a las familias de menores ingresos y al sector productivo.
Además, la depreciación del lempira incide en el costo de la energía y los combustibles, elementos clave para la producción y el transporte de bienes. Economistas advierten que el ritmo acelerado de la devaluación podría llevar el tipo de cambio a 26.7 lempiras por dólar en los próximos meses, e incluso acercarse a los 27 lempiras si la tendencia se mantiene.
Contexto y perspectivas
Durante los primeros años de la administración de la presidenta Xiomara Castro, el lempira mantuvo una tasa mínima de devaluación. Sin embargo, la presión sobre las reservas internacionales y los compromisos con el FMI han llevado a una mayor liberalización del tipo de cambio. Aunque el objetivo es fortalecer las exportaciones y mantener la estabilidad macroeconómica, el efecto inmediato ha sido una pérdida del poder adquisitivo de la moneda y un encarecimiento de la vida para la mayoría de los hondureños.
Las reservas internacionales brutas han alcanzado niveles históricos, superando los 8,868 millones de dólares y cubriendo 5.5 meses de importaciones, lo que supera la meta establecida con el FMI. Sin embargo, este respaldo no ha logrado compensar el impacto negativo de la devaluación en los ingresos de la población.
Reacciones y advertencias
Expertos, empresarios y académicos han manifestado su preocupación por la velocidad de la devaluación y sus efectos en la economía real. Señalan que, aunque la medida busca alinear el tipo de cambio con los fundamentos económicos, el costo social y productivo es alto, especialmente en un contexto de crecimiento económico estancado, con tasas entre 3.5% y 4.0%.
En resumen, la subida del dólar a más de 26 lempiras marca un momento crítico para la economía hondureña, con desafíos inmediatos para la estabilidad de precios y el bienestar de la población, en un entorno de ajustes estructurales y presiones externas.
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