Choluteca se ha consolidado como el segundo departamento más afectado por incendios forestales en Honduras durante el 2025, con un total de 71 siniestros registrados hasta abril, solo detrás de Francisco Morazán que lidera con 156 incendios, según datos oficiales del Instituto de Conservación Forestal (ICF). Estos incendios han consumido alrededor de 609 hectáreas de bosque y vegetación en Choluteca, una cifra que refleja la gravedad de la crisis ambiental que enfrenta esta región sureña del país.
El departamento de Choluteca, ubicado en la región sur y caracterizado por su clima cálido y seco, es especialmente vulnerable debido a las altas temperaturas que superan frecuentemente los 39°C durante la temporada seca, condiciones que facilitan la rápida propagación del fuego. Esta situación se agrava por la práctica común entre campesinos de quemar terrenos para preparar cultivos, una actividad que en muchas ocasiones se sale de control y provoca incendios forestales de gran magnitud.
Las autoridades hondureñas señalan que más del 90% de los incendios son causados por la acción humana, ya sea por quemas agrícolas descontroladas, negligencia o incluso incendios intencionales, lo que evidencia la necesidad urgente de fortalecer las campañas de prevención y control del fuego. En respuesta, el Instituto de Conservación Forestal, junto con organizaciones internacionales y las Fuerzas Armadas, han intensificado los esfuerzos para combatir estos siniestros y proteger los ecosistemas afectados.
La pérdida de cobertura forestal en Choluteca no solo afecta la biodiversidad local, sino que también pone en riesgo las microcuencas y fuentes de agua que abastecen a las comunidades rurales, aumentando la vulnerabilidad social y ambiental de la región. En este contexto, la campaña nacional «Guardianes del Bosque: ¡Juntos en la Prevención!» busca concienciar a la población sobre la importancia de evitar prácticas que puedan desencadenar incendios y promover la conservación de los bosques hondureños.
En definitiva, Choluteca enfrenta un desafío crítico en 2025 como epicentro de incendios forestales en Honduras, demandando una respuesta coordinada y sostenida para mitigar el impacto ambiental y preservar los recursos naturales vitales para la región y el país.
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