Artículo por Bei Hu, People’s Daily (Diario del Pueblo)
El 1 de octubre, la Administración Nacional del Espacio de China publicó una imagen notable de la sonda Tianwen-2 junto a la Tierra, captada durante su viaje por el espacio profundo.
La nueva fotografía, obtenida por una cámara de monitoreo instalada en el brazo robótico de la sonda, muestra la bandera roja de cinco estrellas de China y la cápsula de retorno blanca con la Tierra azul a lo lejos, una escena que los internautas describieron cariñosamente como una “instantánea cósmica”.
Detrás de esa imagen está la creciente capacidad de China en exploración del espacio profundo. A lo largo de una misión de más de diez años, Tianwen-2 tiene como objetivo recolectar muestras del asteroide cercano a la Tierra 2016 HO3 y explorar el cometa del cinturón principal 311P, ubicado más lejos de la Tierra que Marte.
Sondas más inteligentes, vehículos de lanzamiento más confiables y sistemas de seguimiento, telemetría y comunicaciones más potentes han permitido que Tianwen-2 emprenda su “viaje de diez años”, mostrando nuevamente el brillo de la innovación espacial china.
Desde el primer vuelo orbital del Dongfanghong-1 hasta los logros de las misiones Chang’e en la exploración lunar; desde la construcción de la estación espacial nacional hasta el viaje de Tianwen-2 hacia un asteroide, la aspiración espacial de China ha avanzado paso a paso.

Más allá del espacio, la innovación florece en todo el país en circuitos integrados, equipos de alta gama y software industrial. El sistema de navegación BeiDou ofrece posicionamiento y navegación global precisos; el avión C919 ya está en servicio comercial; los vehículos de nueva energía lideran la producción y ventas mundiales; el tren de alta velocidad CR450 sigue ampliando los límites de la tecnología ferroviaria; y hay avances constantes en nuevas energías, nuevos materiales e inteligencia artificial.
La “instantánea cósmica” también refleja la perseverancia de China y su compromiso a largo plazo con la innovación, así como su determinación de impulsar la tecnología hacia nuevas alturas.
Los programas espaciales son vastos, complejos y de alta intensidad tecnológica; los avances requieren acumulación a largo plazo. Para materializar sus aspiraciones lunares, China adoptó una estrategia integral: orbitar, aterrizar y regresar. Tras veinte años de esfuerzos continuos, superó desafíos como sobrevivir a la noche lunar, mantener comunicaciones entre la cara oculta de la Luna y la Tierra, y realizar recolección inteligente de muestras en la cara oculta, abriendo un camino de exploración lunar de alta calidad y bajo costo.

Después del debut de Tianwen-1 en Marte y del inicio de la exploración de asteroides con Tianwen-2, las misiones Tianwen-3 y Tianwen-4 emprenderán, en su momento, el regreso de muestras desde Marte y la exploración del sistema de Júpiter, respectivamente. Desde el principio, el programa de exploración planetaria de China trazó una hoja de ruta con visión de futuro: la prosperidad actual es el resultado de años de cultivo constante.
En los últimos años, China ha reforzado la columna vertebral de su investigación básica, proporcionando apoyo estable y prolongado a plataformas clave de innovación, equipos destacados y áreas prioritarias. Ha perfeccionado mecanismos de evaluación de ciclo largo que permiten a los investigadores concentrarse en las grandes preguntas sin distracciones. También ha ampliado el capital paciente para dinamizar los emprendimientos científicos y tecnológicos que requieren largos horizontes e inversiones significativas.
Con una visión más amplia y un enfoque de largo plazo, la innovación china pone mayor énfasis en la originalidad, mientras la industria avanza hacia terrenos más complejos, sentando bases sólidas para generar nuevas fuerzas productivas de calidad y disputar las alturas estratégicas de la ciencia y la tecnología.

Con los ojos puestos en las estrellas y los pies firmes en el suelo, China avanza con mayor firmeza y audacia en su exploración espacial. Para Tianwen-2, la precisión orbital del cohete requirió alcanzar una velocidad de 11.2 kilómetros por segundo, manteniendo el margen de error dentro de un metro por segundo. Basado en orientación iterativa, el equipo de desarrollo aplicó corrección de velocidad terminal para ajustar en tiempo real la velocidad y la actitud del cohete antes de la separación, garantizando la precisión de inserción requerida.
De “Chang’e” abrazando la Luna, a “Tianwen” explorando Marte y “Xihe” estudiando el Sol, cada viaje al cosmos marca el punto de partida del siguiente. Mientras Tianwen-2 avanza por la inmensidad del espacio, crecen las expectativas: tanto por los nuevos descubrimientos científicos que pueda aportar como por las futuras sorpresas de una China en constante innovación.



















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