Estados Unidos deportó a más de 120 hondureños en los primeros vuelos militares organizados bajo la administración del presidente Donald Trump. Según informó el canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina, dos vuelos militares con hondureños deportados llegaron al país el viernes 31 de enero.
A diferencia de los vuelos regulares, que se notifican con 48 horas de anticipación, estos vuelos militares fueron anunciados con solo 12 horas de antelación a las autoridades hondureñas.
Uno de los vuelos partió desde Texas y transportaba a personas detenidas en la frontera sur de Estados Unidos. En total, se esperaba la llegada de cuatro vuelos: dos bajo el procedimiento normal de deportación, con 118 y 113 personas respectivamente, y dos adicionales organizados en coordinación con la Embajada de Estados Unidos y la administración Trump, que transportaban 78 y 48 hondureños.
El gobierno hondureño, bajo la dirección de la presidenta Xiomara Castro, activó un protocolo para recibir a los deportados y garantizar que no regresen en condiciones indignas. Todas las instituciones del Consejo de Gobernanza Migratoria estuvieron presentes para brindar apoyo a los retornados a través del programa «Hermana y Hermano Vuelve a Casa». Este programa incluye asistencia económica, con un bono inicial de 100 dólares, un bono alimenticio y un capital semilla de 1,000 dólares para ayudar a los deportados a reiniciar sus vidas en Honduras.
El canciller Reina explicó que la medida de incrementar los vuelos de deportación busca evitar que los detenidos permanezcan por largos periodos en centros de detención migratoria. Además, señaló que los vuelos militares comenzaron con grupos más numerosos, como mexicanos, guatemaltecos y colombianos, y que los hondureños ocupan el quinto o sexto lugar en la lista de deportaciones.
Esta iniciativa forma parte de una orden ejecutiva firmada por el presidente Trump, que busca acelerar la deportación de migrantes indocumentados en Estados Unidos. En respuesta, el gobierno hondureño estableció un plan integral para apoyar a los deportados, priorizando el aspecto humanitario y asegurando que reciban la asistencia necesaria para su reintegración en el país.
Reina reiteró que Honduras continuará trabajando en coordinación con Estados Unidos para manejar de manera eficiente y humana el flujo de deportados.
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