El sistema educativo público de Honduras implementará a partir de 2025 un nuevo modelo de evaluación que dividirá las calificaciones en un 50% para acumulativos y 50% para exámenes. Esta medida busca mejorar el rendimiento académico y la responsabilidad de los estudiantes en su proceso de aprendizaje, según declaraciones del ministro de Educación, Daniel Sponda.
El objetivo principal de este cambio es mejorar el rendimiento estudiantil. La nueva modalidad está diseñada para fomentar una preparación más rigurosa por parte de los alumnos, tanto en los exámenes como en la entrega de trabajos acumulativos. Además, se espera que este enfoque promueva un mayor compromiso por parte de los estudiantes con sus estudios, contribuyendo a su formación integral.
Sin embargo, a pesar de las intenciones positivas detrás de esta reforma, ha generado críticas entre educadores y expertos en el área. Algunos argumentan que este enfoque podría diluir la profundidad del contenido educativo y disminuir la calidad de la enseñanza.
No obstante, las autoridades educativas defienden que este cambio es un paso necesario hacia un sistema más equitativo y responsable, especialmente considerando los desafíos que enfrentan los estudiantes al ingresar a la educación superior.
Este nuevo modelo de evaluación representa un esfuerzo por equilibrar la evaluación continua con los exámenes tradicionales, con el fin de preparar mejor a los estudiantes para los retos académicos futuros.
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