Al menos once personas, de las cuales ocho son menores de edad, resultaron con quemaduras por la mala manipulación de pólvora durante la Nochebuena en diferentes sectores de Honduras.
En el Hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula, Cortés, al norte del país, ingresaron dos adultos y seis menores afectados por el uso de pólvora, según informó el doctor Luis Guardado, jefe de gestión clínica del nosocomio.
Los afectados proceden de los departamentos de Cortés, Copán, Yoro, Atlántida, Islas de la Bahía y Santa Bárbara, detalló Guardado.
El médico explicó que en horas de la madrugada cuatro menores, de dos, nueve y 14 años, llegaron con afectaciones oculares, mientras que dos niñas de 16 años fueron atendidas por quemaduras en su mano izquierda.
Una de las menores es procedente de Atlántida y sufrió una amputación postraumática debido a la pólvora, perdiendo dos dedos de su mano, indicó el galeno.
Horas más tarde este hospital estaba a la espera del ingreso de un menor de siete años procedente de Roatán, Islas de la Bahía, quien perdió su mano derecha tras explotarle un mortero.
En el caso de los adultos, uno presentó una impactación facial directa, mientras que el otro sufrió una amputación postraumática del dedo pulgar de la mano derecha, agregó.
Casos en Tegucigalpa
En el Materno Infantil de Tegucigalpa, capital de Honduras, se atendió a un niño de siete años y un adulto, también quemados por pólvora.
El infante es de San Lorenzo, Valle, en la zona sur del país, y llegó con una fractura expuesta en su mano izquierda tras la explosión de un mortero.
Como consecuencia, sufrió la amputación total de los dedos anular y meñique, además de daños severos en el resto de su extremidad, confirmaron autoridades del hospital.
Menor quemado en La Ceiba
En el Hospital General Atlántida, ubicado en el municipio de La Ceiba, se registró otro caso de un menor quemado por manipular pólvora, informó el médico en turno Sergio Quintanilla.
El niño, de siete años, presentaba quemaduras leves en el rostro. Tras recibir asistencia médica, sus padres lo retiraron del hospital sin autorización, luego de enterarse de que el caso había sido reportado a la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf).
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