En un nuevo ataque a los defensores del medio ambiente, el ambientalista Juan Silva y su hijo Antonio fueron asesinados en el municipio de Villa de San Antonio, departamento de Comayagua. Ambos salieron en una motocicleta el miércoles para documentar una tala ilegal de bosques en el cerro La Cruz, en la aldea Las Botijas.
Después de ser reportados como desaparecidos, el jueves los equipos de rescate encontraron los cuerpos desmembrados en un barranco del sector. Desmembraron el cuerpo de Juan Silva de 70 años con una motosierra, mientras que su hijo, de 19 o 20 años, murió decapitado.
El gobierno condena el asesinato de ambientalista
La Secretaría de Derechos Humanos de Honduras condenó el crimen y pidió una investigación exhaustiva para identificar a los responsables. Honduras es un escenario de numerosos asesinatos de activistas ambientales en las últimas décadas, muchos de los cuales quedaron impunes.
"Exigimos a los órganos encargados de la persecución penal que realicen las investigaciones necesarias para identificar y judicializar o presentar los requerimientos fiscales a los responsables. Asimismo, instamos a las autoridades competentes a reforzar la protección y seguridad de quienes denuncian los delitos ambientales en defensa del medio ambiente y el bienestar de toda la ciudadanía", dice el comunicado del Instituto de Conservación Forestal (ICF).
En ese contexto de violencia hacia los defensores del medio ambiente llevó a que el país se considere como uno de los más peligrosos para ellos, según informes de organizaciones internacionales como Global Witness.
En este sentido, las autoridades enfrentan el desafío de garantizar la seguridad de los activistas y esclarecer los hechos detrás de este trágico crimen. La comunidad internacional está atenta a los avances en la investigación y espera que se tomen medidas efectivas para proteger a quienes luchan por la conservación del medio ambiente en Honduras.
Aumento de la violencia contra ambientalistas en Honduras
En el último año, Honduras registró un aumento en la violencia contra activistas ambientales, lo que ha puesto al país en una de las posiciones más altas de riesgo para defensores del medio ambiente, según datos de la ONG Global Witness.
En su informe de 2023, Honduras ocupó el cuarto lugar mundial con 18 asesinatos de activistas, después de Colombia, Brasil y México.
Este asesinato se suma a una serie de ataques a defensores de la naturaleza en Honduras. Uno de los casos más conocidos es el asesinato de la ambientalista Berta Cáceres en 2016, cuyo caso resultó en condenas para ocho personas.
Asimismo otro defensor, Juan López, quien murió asesinado el 14 de septiembre de 2024 en el noreste del país, donde luchaba contra la minería a cielo abierto.
El ICF también destacó que la zona donde se registró el asesinato, Carías Bermúdez en el sector Zambrano, es un bien del Estado hondureño administrado por el Instituto, bajo un régimen de manejo forestal sostenible.
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