En una noche de emociones encontradas, el Club Olimpia fue eliminado en las semifinales de la Copa Centroamericana 2025 tras empatar 1-1 en el tiempo reglamentario y perder 0-3 en la tanda de penales frente al Alajuelense de Costa Rica, en el Estadio Nacional Chelato Uclés de Tegucigalpa
El partido, disputado ante más de 20 mil espectadores, dejó una profunda tristeza en la afición merengue y una celebración efusiva entre los manudos, que se clasifican a su tercera final consecutiva en el torneo.
El Olimpia abrió el marcador a los 37 minutos con un gol de Jorge Benguché, tras una jugada de tacón de Jerry Bengtson. El equipo hondureño, dirigido por Eduardo Espinel, intentó ampliar la ventaja en el segundo tiempo, pero no logró concretar sus oportunidades.
Alajuelense, comandado por Óscar Ramírez, reaccionó y logró el empate a los 71 minutos con un potente disparo de Anthony Hernández dentro del área.
El partido se fue a tiempo extra, donde ambos equipos mostraron entrega y esfuerzo, pero el marcador no se movió. En la definición desde los doce pasos, Olimpia falló sus tres penales: Carlos Sánchez envió el primero por encima del travesaño, mientras que Kevin López y Jorge Benguché erraron sus remates, incluso tras repetición por adelantamiento del portero rival. Alajuelense fue certero con Alexis Gamboa, Ronald Matarrita y Guillermo Villalobos, que convirtieron sus lanzamientos y sellaron la clasificación.

La eliminación dejó a los jugadores olimpistas con rostros de decepción y lágrimas, especialmente Benguché y Sánchez, quienes no pudieron contener la emoción tras fallar sus penales. El técnico Eduardo Espinel reconoció la dificultad del partido y la falta de profundidad en el plantel, especialmente tras la lesión de Jamil Maldonado y la suspensión de Agustín Mulet, lo que limitó sus opciones tácticas.
Alajuelense, bicampeón centroamericano, enfrentará en la final al Xelajú de Guatemala, que eliminó a Real España. Para Olimpia, la Copa Centroamericana termina en una dolorosa eliminación, pero la afición merengue se despidió con un fuerte apoyo y reconocimiento al esfuerzo de sus jugadores.


Este partido quedará grabado en la historia del fútbol centroamericano como un ejemplo de pasión, drama y la incertidumbre que solo los penales pueden ofrecer. 






















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