El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, reafirmó recientemente que le tiene “sin cuidado” ser llamado dictador, siempre y cuando las pandillas no sigan matando a los salvadoreños en las calles. Esta declaración, emitida en un evento por el aniversario de su segundo mandato, responde a una ola de críticas nacionales e internacionales ante su Estado de excepción, las detenciones masivas y el endurecimiento de su estrategia contra la criminalidad, así como los recientes cambios políticos que le permitirán optar a la reelección indefinida.
Frase contundente de Bukele
En medio de la polémica, Bukele expresó:
“¿Saben qué? Me tiene sin cuidado que me llamen dictador. Prefiero que me llamen dictador a ver cómo matan a los salvadoreños en las calles”.
El mandatario defendió la política de seguridad que, según él, ha logrado reducir los homicidios a mínimos históricos y ha acabado con décadas de terror impuesto por pandillas como la MS-13 y Barrio 18. Además, acusó a ONGs y organismos internacionales de “defender pandilleros” y de organizar campañas en su contra, mientras enfrenta juicios de derechos humanos sobre detenciones arbitrarias y presuntos abusos en prisión, donde, de acuerdo con ONG, han muerto alrededor de 400 personas y miles de inocentes han sido encarcelados.
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Contexto y cambios legislativos: la puerta hacia la reelección indefinida
Este viraje político tiene su origen en la Asamblea Legislativa, dominada por el partido oficialista Nuevas Ideas, que aprobó el 1 de agosto de 2025 una reforma constitucional para habilitar la reelección presidencial indefinida. La reforma también extiende el periodo presidencial de cinco a seis años y elimina la segunda vuelta electoral; además, adelanta el término del mandato actual de Bukele a 2027 para sincronizar las elecciones presidenciales y legislativas.
La modificación recibió el respaldo de 57 de 60 legisladores, casi todos oficialistas, y fue rechazada por la oposición, que acusa al gobierno de querer perpetuarse en el poder y de desmontar progresivamente los contrapesos democráticos. Críticos internacionales han advertido que estas medidas siguen el “libreto” de regímenes autoritarios en la región, como los de Venezuela y Nicaragua, al limitar la alternancia política y concentrar el poder en el Ejecutivo.
La popularidad de Bukele y las reacciones sociales
A pesar de las advertencias sobre la erosión de la democracia, la política de mano dura de Bukele ha mantenido altos niveles de aprobación popular, con cifras que superan el 80%. El discurso oficial justifica la reforma asegurando que la decisión sobre la continuidad en el poder reside exclusivamente en el pueblo mediante el voto; sin embargo, la oposición argumenta que el país está entrando en una nueva etapa de autoritarismo institucionalizado.
Resumen de los cambios recientes en El Salvador:
Reforma / Hecho | Detalle |
---|---|
Reelección presidencial | Ahora es indefinida; Bukele podrá postularse las veces que quiera. |
Periodo presidencial | Se amplía de 5 a 6 años. |
Segunda vuelta electoral | Eliminada; gana quien obtenga más votos en una sola vuelta. |
Mandato actual recortado | Terminará en 2027, para adelantar nuevas elecciones. |
Estado de excepción & represión | Permite arrestos masivos; auge de denuncias de persecución política. |
Popularidad | Bukele sigue con apoyo social superior al 80%. |
El movimiento de Bukele marca un antes y un después en la política salvadoreña, planteando preguntas sobre el futuro de la democracia en el país y la región. Para Bukele, la seguridad de los salvadoreños ha justificado decisiones que para otros significan una preocupante concentración del poder.
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