El vicecanciller de Honduras para Asuntos Consulares y Migratorios, Antonio «Tony» García, hizo efectiva su renuncia al cargo el martes 12 de agosto de 2025, aludiendo a “diferencias irreconciliables” con la política exterior del gobierno de Xiomara Castro. La decisión de García se centró en el reciente respaldo expresado por la presidenta hondureña al mandatario venezolano Nicolás Maduro, una postura que, según el diplomático, podría tener repercusiones negativas para los migrantes hondureños en Estados Unidos y no favorece el interés nacional.
En una entrevista con medios locales, García afirmó que su renuncia no obedece a cálculos electorales ni implica adhesión a otro partido político o candidato, sino que responde a un desacuerdo profundo con el rumbo que ha tomado el Ejecutivo en materia de política exterior. Además, expresó preocupación por una crisis electoral que calificó como “artificial y sin precedentes” en Honduras, y llamó a garantizar un proceso electoral libre de violencia e intimidación para que la ciudadanía pueda votar en paz.
Antonio García destacó su gratitud por la confianza depositada en él para dirigir el sistema consular del país, mencionando que durante su gestión se lograron avances históricos en beneficio de sus compatriotas. En su carta de renuncia dirigida a la presidenta Xiomara Castro, reiteró que mantiene lealtad hacia el partido Libre y que su salida es solo del cargo, no del movimiento político.
Por su parte, el vicecanciller Gerardo Torres, coequiper de García, criticó duramente la renuncia de este último, calificándola de “traicionera” y señalando que la dimisión es inoportuna y podría estar vinculada a una estrategia política. Torres defendió la política exterior del gobierno basada en el respeto a la soberanía y el plan bicentenario planteado por la presidenta Castro.
La renuncia de Tony García marca un episodio significativo en el contexto político y diplomático hondureño, reflejando las tensiones internas sobre la orientación internacional del país y sus implicaciones en la política migratoria y electoral. La postura de Honduras frente a Venezuela y el débil equilibrio entre solidaridad regional y resguardo de intereses nacionales son ejes de debate que seguirán generando repercusiones en los meses venideros.
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