Nasry “Tito” Asfura superó la barrera de 1.4 millones de votos y sigue al frente de la contienda presidencial, de acuerdo con los resultados oficiales divulgados por el Consejo Nacional Electoral (CNE). El candidato del Partido Nacional de Honduras acumula 1,403,009 votos, equivalentes al 40.27 por ciento del total contabilizado hasta el último corte.
En segundo lugar, lo sigue Salvador Nasralla, del Partido Liberal de Honduras, con 1,376,954 votos, que representan el 39.52 por ciento. La diferencia entre ambos aspirantes se mantiene estrecha, mientras avanza con lentitud la revisión de actas dentro del escrutinio especial que continúa en desarrollo.
Ya sin oportunidades, Rixi Moncada, candidata del Partido Libertad y Refundación (Libre), suma 669,238 votos, correspondientes al 19.21 por ciento. Más atrás aparecen Jorge Nelson Ávila Gutiérrez, del Partido Innovación y Unidad Social Demócrata, con 28,350 votos y el 0.81 por ciento, y Mario Enrique Rivera Callejas, del Partido Demócrata Cristiano de Honduras, con 6,077 votos y el 0.17 por ciento.
Según la información oficial del CNE, se han transmitido 19,152 actas de un total de 19,167, lo que equivale a un avance del 99.92 por ciento. De ese universo, 17,816 actas figuran como correctas, mientras 1,336 presentan inconsistencias que se encuentran bajo revisión.
El órgano electoral indicó que la actualización de los resultados continúa conforme avanza el escrutinio especial, cuyo ritmo paulatino. Las cifras publicadas se mantienen sujetas a cambios hasta la conclusión de ese proceso y la validación final de las actas observadas.
De momento, continúan los “graves” retrasos en el escrutinio especial que comenzó el jueves de la semana pasada en Centro Logístico Electoral (CLE) y siguió este fin de semana con más lentitud que otra cosa, según expuso la consejera presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Ana Paola Hall.
Tanto Ana Paola Hall, como su compañera Cossette López, alertaron sobre un intento de boicot y presiones para forzar sesiones presenciales en un ambiente de tensión. Desde su inicio el pasado jueves, el escrutinio avanza con lentitud, un ritmo que los observadores internacionales consideran crítico dado que el plazo legal para la declaratoria oficial vence este 30 de diciembre.
En una declaración pública, Ana Paola Hall denunció que el proceso enfrenta presiones internas y acciones dirigidas a interrumpir y demorar el curso electoral e indicó la existencia de “graves retrasos en el escrutinio especial” junto con intentos por “interrumpir y demorar el proceso electoral” dentro del propio órgano.
No obstante, y ante todo el boicot, aseveró que “tengan la seguridad de que me mantengo firme” y “con la fortaleza y valentía necesaria para finalizar el proceso electoral con la declaratoria”.


















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