Comerciantes del mercado reportan un aumento injustificado en el precio de la libra de pollo, que pasó de 29 a 32 lempiras, un incremento de 2 lempiras para el consumidor final. Este aumento, ocurrido al cierre de la semana, no fue acompañado de ninguna explicación por parte de los proveedores.
Un vendedor expresó su frustración ante la falta de justificación para el alza del pollo, un producto esencial. Señaló que, para poder vender, se ven obligados a trasladar este incremento de costo al público, afectando directamente su bolsillo.
Mientras tanto, otros productos de la canasta básica se mantienen estables, pero en precios altos. El frijol, por ejemplo, se vende a 24 lempiras la libra, con el temor de que su precio pueda subir hasta los 30 lempiras en los próximos días debido a la temporada, a la espera de la nueva cosecha de «postrera». Productos como el aceite también se mantienen, pero siempre bajo la expectativa de un posible aumento.
El comerciante criticó la falta de fiscalización por parte de las autoridades regulatorias, afirmando que nunca ha visto una inspección del fiscal del consumidor. Sugirió que detrás de estos aumentos podrían haber intereses políticos o económicos, y que al final «el pueblo es el que paga» las consecuencias de esta falta de regulación.
Además, el informe destaca que las ventas en el mercado tradicional han bajado significativamente. Esto se atribuye a varios factores: la difícil situación económica, la competencia de los supermercados (que ofrecen comodidades como parqueo) y problemas inherentes al mercado como la sanidad y el acceso.
Respecto al poder adquisitivo, el vendedor indicó que la mayoría de la ciudadanía compra al día o depende de su pago quincenal, que muchas veces no les alcanza. La canasta básica tiene un costo tan alto que casi consume la totalidad del salario mínimo, lo que refleja la gravedad de la situación económica para las familias.
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