Los habitantes del barrio Morazán denunciaron un grave foco de contaminación provocado, según ellos, por el funcionamiento deficiente de la planta de tratamiento de aguas residuales ubicada en la zona. Los vecinos aseguran que desde hace más de 16 años enfrentan descargas constantes de aguas negras hacia la quebrada que atraviesa el sector, la cual desemboca en el río Choluteca.
Los residentes afirman que la situación se ha vuelto insostenible, ya que los olores nauseabundos y la contaminación del aire y del agua afectan directamente su salud y su calidad de vida. “No se puede desayunar, almorzar ni dormir por el mal olor”, señalaron los denunciantes, quienes aseguran que entre los afectados hay personas con enfermedades crónicas como diabetes y problemas respiratorios.
Según relatan, la planta descarga aguas sin tratamiento de manera continua, debido a que las bombas y el generador eléctrico se encuentran dañados desde hace años. A pesar de las múltiples denuncias ante la Unidad Municipal Ambiental (UMA), Aguas de Choluteca y otras dependencias municipales, los pobladores sostienen que no han recibido soluciones concretas.
Los denunciantes responsabilizan directamente a las autoridades locales y aseguran que el sistema de tratamiento “nunca ha funcionado correctamente”. Sostienen que las descargas se realizan todos los días y que el problema se agrava cuando hay cortes de energía, ya que la planta carece de un generador en funcionamiento.
Los afectados aseguran haber acudido a Derechos Humanos, la DPI y ahora al Ministerio Público, sin obtener respuesta efectiva. Algunos vecinos afirman que los funcionarios municipales han mostrado falta de voluntad para atender el caso y que incluso han recibido amenazas cuando intentan bloquear las descargas.

Además del daño ambiental, los pobladores advierten que el problema afecta a diversos barrios de Choluteca, ya que las aguas residuales provienen de sectores como Ciudad Nueva, Ciudad Mujer, Julio Midense, Providencia, Suyapa, el Mall y parte de la colonia Venecia, lo que multiplica el volumen de contaminación.
Los vecinos exigen al alcalde Quintín Soriano y a las autoridades competentes una intervención urgente para reparar el sistema de tratamiento, sancionar a los responsables y detener las descargas hacia la quebrada. Mientras tanto, la comunidad del barrio Morazán continúa viviendo entre malos olores, contaminación y el riesgo constante de enfermedades.
















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