Pekín/Washington, 24 de noviembre de 2025 – En una conversación telefónica de alto nivel celebrada este lunes, el presidente chino Xi Jinping reiteró al mandatario estadounidense Donald Trump que la reunificación con Taiwán constituye “una parte inalienable del orden internacional establecido después de la Segunda Guerra Mundial”, según informó la agencia oficial china Xinhua y confirmaron fuentes de la Casa Blanca.
La frase, pronunciada en un contexto de crecientes tensiones con Japón, marca la primera interacción directa entre ambos líderes tras la reelección de Trump y llega apenas dos semanas después de que el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, calificara una eventual agresión china contra Taiwán como “una amenaza existencial” para Japón y anunciara que Tokio podría activar su alianza de defensa con Washington.

El argumento histórico de Pekín
Durante la llamada, Xi recordó que China y Estados Unidos fueron aliados en la guerra contra Japón (1937-1945) y subrayó que la Declaración de El Cairo (1943) y la Proclamación de Potsdam (1945), firmadas por ambos países junto al Reino Unido, establecieron la devolución de Taiwán —entonces colonia japonesa desde 1895— a la República de China. Pekín considera que, tras la fundación de la República Popular China en 1949, heredó legítimamente ese derecho.
“Proteger los frutos de la victoria de la guerra antifascista es responsabilidad común de China y Estados Unidos”, afirmó Xi, según el comunicado chino. El presidente chino añadió que “cualquier intento de separar Taiwán de China viola el orden internacional de posguerra y no será tolerado”.

Reacción inmediata de Taipéi
Horas después de conocerse la conversación, el Gobierno taiwanés rechazó tajantemente la interpretación china. El primer ministro Cho Jung-tai declaró en rueda de prensa:
“Taiwán nunca ha pertenecido a la República Popular China. Los 23 millones de taiwaneses decidimos nuestro futuro mediante elecciones democráticas, no mediante declaraciones históricas selectivas de Pekín”.

El Ministerio de Defensa de Taiwán elevó el nivel de alerta y anunció que mantendrá ejercicios militares “de alta intensidad” en las próximas semanas.
Silencio relativo en Washington
Donald Trump, por su parte, no mencionó Taiwán en su publicación en Truth Social tras la llamada. El presidente estadounidense se limitó a escribir: “¡Tuve una excelente conversación con el presidente Xi! Las relaciones entre EE.UU. y China están en su punto más fuerte. ¡Muchos acuerdos importantes por venir!”.
Fuentes de la Casa Blanca filtraron, sin embargo, que Trump escuchó la posición china sobre Taiwán sin confrontarla directamente y se centró en temas comerciales y en la guerra de Ucrania. Ambos líderes confirmaron que Trump visitará China en abril de 2026 y que Xi viajará a Washington en una fecha posterior aún por determinar.

Japón, el nuevo factor de tensión
El telón de fondo de la llamada es la escalada verbal entre Pekín y Tokio. El 10 de noviembre, Shigeru Ishiba declaró ante el Parlamento japonés que “la supervivencia de Japón está directamente ligada a la paz y estabilidad en el Estrecho de Taiwán”. El Ministerio de Exteriores chino respondió acusando a Japón de “revivir fantasmas militaristas” y advirtió que “cruzar la línea roja sobre Taiwán tendrá graves consecuencias”.

Analistas en Tokio interpretan que la referencia histórica de Xi en su conversación con Trump busca también presionar a Japón, recordando que la devolución de Taiwán fue precisamente una consecuencia de la derrota japonesa en 1945.
Una llamada para dejar en claro las cosas
Aunque la llamada incluyó acuerdos para mantener la tregua arancelaria alcanzada en octubre y cooperación en otros frentes, el mensaje sobre Taiwán deja claro que Pekín considera el tema como una línea roja absoluta en su relación con Washington y con sus vecinos asiáticos.
En un momento en que la administración Trump aún está formando su equipo de seguridad nacional, la declaración de Xi Jinping pone sobre la mesa, desde el primer día, uno de los desafíos geopolíticos más delicados de los próximos cuatro años.




















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