Cancelado partido de U de Chile-Independiente por enfrentamiento de hinchas rivales

El partido de vuelta entre Universidad de Chile e Independiente de Avellaneda por los octavos de final de la Copa Sudamericana 2025 terminó suspendido de manera definitiva debido a graves incidentes violentos entre las hinchadas, confirmaron las autoridades de la Conmebol. El partido se disputaba en el estadio Libertadores de América, en Buenos Aires, y estaba empatado 1-1 en el segundo tiempo, un resultado que favorecía a la U de Chile en el global 2-1 para avanzar a la siguiente fase.

El encuentro comenzó con intensidad y goles: Lucas Assadi abrió el marcador para Universidad de Chile al minuto 11 y Santiago Montiel empató para Independiente al minuto 27. Sin embargo, en los primeros minutos del segundo tiempo, la situación se tornó caótica cuando un sector de hinchas chilenos lanzó objetos como monedas, piedras y bombas de estruendo hacia la tribuna local. Esto desató una fuerte pelea con enfrentamientos directos entre aficionados, incluyendo un lanzamiento al vacío desde las gradas y agresiones físicas, hechos que la policía y personal de seguridad no lograron controlar. El árbitro uruguayo Gustavo Tejera suspendió el partido tras estos hechos violentos.

La Conmebol confirmó la suspensión definitiva del partido y anunció que el caso será derivado a sus órganos judiciales para futuras decisiones, que podrían incluir sanciones o la resolución de la llave. El presidente de Chile, Gabriel Boric, se pronunció sobre el tema calificado la situación como una evidente irresponsabilidad en la organización y violencia inadmisible, y anunció que priorizan la atención médica de los heridos, el respeto a los derechos de los detenidos y la colaboración con las autoridades argentinas para gestionar la crisis.

Por su parte, los dirigentes de Independiente deslindaron responsabilidades, indicando que el operativo de seguridad fue diseñado conjuntamente con Conmebol y la delegación visitante, y reclamaron sanciones contra el club chileno por el comportamiento de su público, afirmando que 90 personas detenidas corresponden a hinchas de Universidad de Chile y que la situación comenzó con ese sector.

En suma, el partido quedó suspendido en medio de una difícil crisis de seguridad, la cual ha puesto en evidencia la violencia que aún afecta al fútbol sudamericano, la necesidad urgente de mejorar la protección en los estadios y la resolución oficial pendiente para definir el avance en la competencia.

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