El incendio comenzó el miércoles 26 de noviembre de 2025 en el complejo residencial Wang Fuk Court, ubicado en el distrito norteño de Tai Po en Hong Kong, China. El fuego se declaró alrededor de las 14:51 horas locales y alcanzó en pocas horas el nivel 5, el máximo en la escala de incendios de Hong Kong, debido a su rápida propagación, favorecida por andamiajes de bambú que cubrían los edificios en remodelación. De las ocho torres que componen el complejo, siete fueron afectadas por las llamas, provocando una situación catastrófica con miles de personas desplazadas.
Hasta la fecha, viernes 28 de noviembre, el saldo oficial es de al menos 128 muertos y aproximadamente 200 desaparecidos, además de decenas de heridos, algunos en estado crítico. La búsqueda se realiza de forma intensa pero las autoridades ya han comenzado a considerar que las posibilidades de rescatar sobrevivientes son cada vez menores.
La tragedia ha generado el arresto de varios responsables relacionados con negligencias en las obras de renovación, en particular por el uso indebido de materiales inflamables y bloqueos en vías de escape. El incendio ha sido catalogado como uno de los más graves en siete décadas en Hong Kong.
El gobierno local ha destinado fondos para atender a los damnificados y ha habilitado refugios para más de 1,000 personas desplazadas. Además, la comunidad internacional y el gobierno central chino han expresado sus condolencias y ofrecido apoyo. El proceso de investigación promete ser largo y detallado para aclarar responsabilidades y mejorar las medidas de seguridad en edificaciones de alta densidad urbana.
Este incendio pone en evidencia la importancia de estrictos protocolos de seguridad y la regulación en la remodelación de edificios, especialmente en ciudades densamente pobladas como Hong Kong. El uso de andamiajes de bambú, junto con fallos en el sistema de alarmas y evacuación, ha sido identificado como un factor clave en la rápida expansión del fuego y la tragédia humana resultante.
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