En una de esas noches que quedan grabadas en la memoria de los aficionados madrileños, el Atlético Madrid aplastó al Real Madrid con un contundente 5-2 en el Metropolitano, desmoronando el hasta entonces impecable arranque de temporada merengue. Fue un espectáculo de intensidad, remontadas furiosas y reivindicación rojiblanca.
El partido arrancó con fuerza desde el silbato inicial. Al minuto 14, Robin Le Normand abrió la cuenta con un cabezazo certero que adelantó a los colchoneros. Sin embargo, el Real Madrid reaccionó con rapidez: al 25, Kylian Mbappé empató con una definición dentro del área, y al 36, Arda Güler puso el 1-2 con una volea tras un centro de Vinícius, dándole la ventaja momentánea a los blancos.

Cuando parecía que el Madrid se llevaba el control, el Atlético respondió antes del descanso. En el 45+3, Alexander Sørloth aprovechó un centro aéreo y de cabeza firmó el empate 2-2, un golpe psicológico que cambió el rumbo del partido.
En la segunda parte, el Atlético salió con todo. Al minuto 51, Julián Álvarez convirtió un penalti para el 3-2, y apenas doce minutos más tarde, al 63, el propio Álvarez ejecutó un tiro libre perfecto para ampliar la ventaja 4-2. En el tiempo de descuento, al 90+3, Antoine Griezmann selló la goleada con un contragolpe letal que desató la euforia en el Metropolitano.
El triunfo rojiblanco se explica en varios factores: la voluntad colectiva de no rendirse pese a estar abajo en el marcador, la inspiración de Julián Álvarez con dos goles decisivos, la lectura táctica de Diego Simeone y la contundencia para castigar cada error del rival. El entrenador argentino, visiblemente emocionado, destacó el sacrificio de su plantilla y la fe en el plan de juego, dejando imágenes de lágrimas de alegría al cierre del encuentro.
Para el Real Madrid, en cambio, fue un golpe durísimo. Los dirigidos por Xabi Alonso llegaron invictos y con paso firme en la liga, pero la defensa se mostró frágil, el mediocampo desconectado y la reacción insuficiente frente al poder ofensivo rojiblanco. El propio técnico reconoció la derrota como “humillante” y pidió reflexionar de inmediato para levantarse de cara a los próximos compromisos.

En la tabla, la derrota blanca abre la puerta a que el Barcelona tome el liderato y deja al Atlético revitalizado en la lucha por los primeros puestos. Más allá de los números, el derbi dejó una lección clara: la rivalidad en Madrid no entiende de favoritismos ni de estadísticas previas.

El 5-2 no es solo una goleada, es un golpe de autoridad del Atlético y una advertencia al resto de la liga: el equipo rojiblanco sigue vivo, con hambre de gloria y con capacidad para desarmar a cualquiera, incluso al todopoderoso Real Madrid.

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