Marcovia se enfrenta nuevamente a un escenario de inundaciones sin proyectos de mitigación

Autoridades de Copeco reconocen la limitación de recursos, mientras las proyecciones meteorológicas prevén un escenario similar al del año pasado, con lluvias intensas, actividad eléctrica y vientos rachados.

La temporada de lluvias se avecina una vez más para el sur de Honduras, y el municipio de Marcovia, en el departamento de Choluteca, se prepara para otro ciclo de inundaciones sin que se vislumbre la ejecución de las grandes obras de mitigación que la zona demanda desde hace décadas. La falta de acción condena a sus habitantes a repetir una historia anual de emergencias y pérdidas.

Durante una visita a la zona, el ministro de la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO), José Jorge Fortín, fue consultado sobre los proyectos para evitar las inundaciones. Su respuesta fue un reconocimiento de la incapacidad institucional para resolver el problema de fondo. «Lamentablemente, poco o nada se puede hacer… Este es un ciclo repetitivo.», afirmó el funcionario.

Fortín explicó que COPECO, con sus «escasos recursos», se limita a realizar obras menores de mitigación y a mantener al personal de respuesta listo para emergencias. Dejó claro que la construcción de bordos u obras de ingeniería de mayor envergadura corresponde a la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) descargando así la responsabilidad de las soluciones permanentes.

Abandono y promesas postergadas

Esta postura contrasta con la realidad que viven los municipios sureños. Nahún Calix, alcalde de la municipalidad de Marcovia, denunció años de abandono y la falta de voluntad política para ejecutar «verdaderas obras de mitigación».

Calix se refirió específicamente a la represa de Morolica y a los canales de alivio, proyectos emblemáticos cuya discusión se remonta a generaciones. «Yo creo que la represa Morolica… ni yo había nacido y ya se hablaba del proyecto», señaló con frustración.

Además criticó la constante reiniciación de los estudios, una práctica que retrasa indefinidamente el inicio de las obras y que, con un gobierno a cuatro meses de terminar su mandato, prácticamente garantiza que la solución se heredará a la siguiente administración y definitivamente no se podrá con esta.

«Hemos demostrado que se pierde más en cada inundación que quizás ir haciendo las inversiones poco a poco», argumentó Calix, destacando el alto costo humano y económico de la inacción.

Pronóstico adverso y recomendaciones

Mientras el debate sobre las obras se estanca, la naturaleza avanza sin detenerse, es ante ello que el director del Centro Nacional de Estudios Atmosféricos (Cenaos), Francisco Argeñal, presentó proyecciones poco alentadoras para el sur del país, pronosticando un escenario comparativo al del año anterior.

Argeñal alertó sobre la probabilidad de lluvias intensas para los próximos tres días en las zonas sur, centro y occidente del país, las cuales vendrán acompañadas de «vientos rachados, bastante actividad eléctrica y, incluso, caída de granizo». Advirtió que el paso de ondas tropicales mantendrá la inestabilidad atmosférica, con lluvias recurrentes cada dos o tres días.

Entre las recomendaciones emitidas se encuentran: buscar refugio en lugares cerrados durante las tormentas eléctricas, asegurar los techos de las viviendas para evitar daños por los fuertes vientos y, crucialmente, no cruzar quebradas o ríos crecidos debido al riesgo de crecidas repentinas.

La situación expone la cruda vulnerabilidad del sur de Honduras. Marcovia se erige como un ejemplo de una población atrapada en un ciclo perverso: mientras las autoridades se limitan a gestionar la emergencia, la solución estructural, largamente prometida y estudiada, sigue siendo solo una esperanza lejana que se disuelve con cada nueva inundación.

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