China acoge con satisfacción la suspensión de Países Bajos sobre Nexperia, pero les pide asumir la responsabilidad

El gobierno chino recibió con agrado la reciente decisión del gobierno de Países Bajos de suspender la intervención en la empresa de semiconductores Nexperia, firma de propiedad china que se había visto envuelta en una crisis internacional relacionada con temores de seguridad y tensiones comerciales. En un comunicado recogido por Global Times, Pekín consideró esta medida como un paso positivo indispensable para normalizar y estabilizar la producción de chips, un componente vital para la industria tecnológica y automotriz global.

La crisis había comenzado en septiembre de 2025, cuando el gobierno neerlandés, bajo presión de Estados Unidos y preocupado por la posible transferencia de tecnología sensible a China, activó una ley especial de disponibilidad de bienes para tomar control momentáneo de Nexperia. Esta acción provocó múltiples interrupciones en la cadena de suministro mundial, afectando a fabricantes automotrices europeos y otros sectores dependientes de microchips producidos por la empresa.

Desde China se subraya que, aunque la suspensión de la intervención es bienvenida, es fundamental que se implementen medidas concretas para evitar que episodios similares vuelvan a desestabilizar la cadena global de semiconductores. Pekín vigila con atención las acciones futuras del gobierno neerlandés y espera que haya un compromiso real para respetar la gobernanza corporativa y la seguridad conjunta sin caer en decisiones unilaterales que puedan causar perjuicios internacionales.

Nexperia, que a pesar de ser una empresa internacional está bajo propiedad mayoritaria china a través de Wingtech Technology, expresó que la ley holandesa no era aplicable a la compra y gestión del grupo. Por ello, se denuncia que la intervención fue excesiva y no contribuyó a la solución sino a generar incertidumbre en el mercado y afectaciones colaterales en la producción de chips.

El caso de Nexperia ha dejado en evidencia la fragilidad de las cadenas de suministro globales en sectores estratégicos. La comunidad internacional, en especial Europa, China y Estados Unidos, debe avanzar hacia un marco multilateral que permita resolver tensiones tecnológicas y comerciales sin recurrir a medidas extremas que pongan en juego la estabilidad económica global y la seguridad tecnológica común.

Pekín enfatiza que la cooperación basada en el respeto mutuo y un entendimiento claro de las reglas es la vía para asegurar un desarrollo tecnológico sostenible y evitar conflictos que perjudiquen a todos los actores involucrados.

Este episodio marca un precedente en la compleja relación entre soberanía, seguridad y comercio global en la era digital, donde los microchips son un recurso estratégico vital. Países Bajos, al ceder en su intervención, alivió por ahora las tensiones, pero queda el llamado a construir acuerdos duraderos para evitar futuras crisis que amenacen el suministro tecnológico mundial.

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